En la publicación que hoy compartimos queremos hablar sobre algunos aspectos importantes de las cimbras y las transmisiones de cargas en las mismas.
Las cargas verticales en una cimbra tienen que transferirse desde los cabezales (coronación), a través del andamio, hasta las bases de regulación (arranque). Es por esto que su capacidad portante depende en particular de la regulación de los husillos de nivelación, la cual no debe exceder la regulación máxima admisible indicada en los catálogos de Layher para una determinada carga.
En la mayoría de ocasiones es necesario repartir la regulación entre las bases y los cabezales de cimbra (60% para la base y 40% para el cabezal de cimbra), esto equivale a una regulación máxima de 39 cm. en el husillo de la placa base y 26 cm. en el cabezal de cimbra.
Se ha de tener siempre en cuenta que mientras mayor sea la extensión de los husillos, mayor será la posible reducción de la capacidad de carga de la cimbra.
En la norma “UNE 12812 Cimbras”, se explica la posibilidad de usar elementos apilados consistentes en elementos de madera a modo de durmientes, permitiendo no solo un correcto apoyo de la placa base y una transmisión de carga repartida, sino también un menor ajuste de la altura del husillo en combinación de estos elementos, evitando así regulaciones excesivas.
Transmisión de cargas a la superficie de apoyo: si se sabe la carga transmitida a la base de apoyo, se puede dividir entre el área de la placa base para conocer la presión transmitida al terreno. Cuando se usa la base apoyada directamente sobre el terreno, la carga se distribuye a un área de 15 x 15 cm. (0,0225 m²). Sin embargo, cuando se usan tablones de reparto pueden establecerse diferentes métodos para determinar el reparto de la carga.
Para tablones de reparto “delgados”, donde la rigidez puede ser escasa, un cálculo de tipo conservador, cuando las cargas verticales se transmiten en un ángulo de 45º podría ser:
Área placa base de 15 x 15 cm. = 225 cm². Sumando el canto del tablón en cada dirección (ejemplo con canto de 2 cm. de 19 x 19 cm. = 361 cm²).
En cambio, si se usa un elemento de acero a modo de durmiente (muy rígido), se podría tomar como área efectiva de reparto el total de su superficie, siendo esto también válido para tablones en buen estado de conservación y gran grosor.
Sea cual sea el tipo de terreno sobre el que se apoya la cimbra, Layher siempre recomienda usar durmientes para repartir la carga, ya que no sólo amplían la superficie de contacto, sino que también aumentan el coeficiente de rozamiento, el cual es importante a la hora de verificar las características de deslizamiento.
En función de la carga vertical, e incluso de la presencia de eventuales fuerzas horizontales, el sistema de cimbra podría requerir una determinada diagonalización. Por favor, ante cualquier duda, contactar con el personal técnico de Layher para asegurar una correcta disposición de diagonales.
Se ha de prestar especial atención a las posibles cargas horizontales. Para contrarrestar este tipo de esfuerzos se deberá prever la colocación de topes en el perímetro exterior de la cimbra que, combinado con las diferentes secciones que presenta el andamio en su largo y ancho, ayudarán a mitigar los esfuerzos horizontales generados. Por ejemplo, colocando tubos de acero inclinados a modo de jabalcones contra el propio terreno (debidamente fijado al terreno), o topes colocados en la coronación de la cimbra instalados contra estructuras existentes y suficientemente resistentes a tales esfuerzos.